Se avecinaba una noche larga, tal vez fresca pero no escasa de tensión.
El campamento fuente dorada va madurando, se hace fuerte y evoluciona.
De forma altruista siguen llegando alimentos, en este caso lácteos en cajas y botellas. Al atardecer deja de resistirse la conexión con la red de redes, gracias a la colaboración de los vecinos. Ya se puede ve el campamento desde cualquier punto del planeta.
Con la noche se hace la luz sobre las mesas donde los ciudadanos dejan marcado con tinta su apoyo a la causa. Por momentos crees que estas soñando pero la realidad esta al otro lado de la mesa; quieren participar, colaborar, proponer, dormir en el suelo, firmar, saludar, felicitar, agradecer, tan solo preguntar, informarse de la situación o tal vez el que esta enfrente de ti tan solo quiere seguir soñado, pero contigo, con todos.
El campamento fuente dorada se mantiene, seguimos hablando y escuchando pero siempre de forma pacifica. Es noche comienza el día de reflexión. Todos reflexionamos en silencio y tras unos minutos de meditación, los aplausos rompen la noche y el sueño continua.
Pequeñas bandejas de mini-bocadillos rulan entre las manos de brazos cansados. El campamento crece y la cocina se muda. Se buscan sacos donde enrollarse para descansar sobre un suelo frío lleno de ideas entrelazas que no encuentran un significado a una noche de silencio y reflexión.
Soñamos en silencio para que nos escuchen, para que nos oigan, para escuchar y dejar oír.
El día de reflexión queremos hacerlo todos en la calle.
Por favor no molestar estoy reflexionando.
O tal vez soñando.
HÉCTOR GB
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