Sábado, 21 de mayo. Los acampados en la plaza Fuente Dorada de Valladolid despiertan un día más (que no uno cualquiera) con el primer servicio de autobuses de la mañana entre tiritonas del frío de la madrugada y caras todavía de aturdimiento. Saben que la jornada de hoy es importante y que la continuidad física del campamento del movimiento 15M está en jaque en una jornada de reflexión sin precedentes en la historia democrática española. Por primera vez, individuos de todos los estratos sociales han tomado la calle para expresar juntos su malestar con la clase política en un día que, se supone, ha de permanecer libre de mensajes promocionales, sea cual sea su proveniencia. Por eso, los organizadores de la acampada se afanaron durante las jornadas previas en eliminar de columnas, paredes y pilares improvisados cualquier consigna que pudiera ponerles en un aprieto moral y logístico. Así lo expresaron ya en su Reflexión sobre el movimiento Democracia Real Ya. El objetivo de todo ello: evitar el temido desalojo (y, por qué no decirlo, la deslegitimidad pública ante ciertos sectores de la sociedad).
Los rayos de sol matutinos encienden por fin los ánimos y las energías de los que han pernoctado en Fuente Dorada. La plaza se barre de arriba abajo, se reparten los periódicos del día y churros y café recién hechos. Con un poco de azúcar para digerir la indignación, por favor.
Titular del editorial del periódico La Razón en el día de reflexión de estas elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2011: “La alternativa es el PP”. Y comienza el debate. ¿Desde cuándo los medios de comunicación tienen derecho a pedir el voto de manera tan flagrante en una jornada como ésta y ciudadanos de a pie han de ser cautelosos al extremo para evitar episodios de brutalidad policial como los que ya se dieron el año pasado en el barrio El Cabanyal de Valencia? ¿Por qué la propaganda electoral no se retira de farolas, mástiles, casetas y quioscos de anuncios? Y finalmente, ¿tiene sentido mantener la propia jornada de reflexión en un momento en el que el proceso de deliberación personal resulta cada vez más visible con la expansión de Internet y el boom de las redes sociales?
Ojalá los ciudadanos indignados de Valladolid sepamos canalizar estas dudas tan bien como lo están haciendo en Sol, donde se ha respetado desde el principio la expresión totalmente espontánea de las opiniones más diversas y se ha procurado su visibilidad. Ayer el equipo legal de los indignados del KM 0 recordaba que el hecho de que se prohíba pedir el voto o hacer campaña durante la jornada de reflexión sólo es aplicable a candidatos y partidos y que “si se trata de reflexionar antes de votar, queremos hacerlo todos juntos y no cada uno en su casa”. Juntos, pues, y sin miedo de utilizar el humor o nuestras reivindicaciones particulares, salgamos a reflexionar a la plaza, a nuestra pequeña ágora de Fuente Dorada, a partir de las ocho de la tarde.
Patricia López Villalón
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